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Evidencia de aprendizaje U1 Juicio Moral DESARROLLO HUMANO Desarrollo humano y libertad U1 Actividad 1 U1 JUICIO MORAL.










Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Estudios Superiores Iztacala
Psicología a distancia
 














Evidencia de aprendizaje U1 Juicio Moral DESARROLLO HUMANO Desarrollo humano y libertad U1  Actividad 1 U1 JUICIO MORAL.

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La tradición crítica
Nos habla  de que todos tendemos a no aceptar una  crítica, lo mismo se extiende tanto a temas políticos,  religiosos, modelos económicos, hablando  de modelos  cerrados conservadores, quienes aceptan cambios muy lentamente, por lo que implementar una crítica sistemática, puede hacer que una sociedad sea más fructífera respecto a otras,  el texto nos habla de Tales de Mileto quien utilizo la crítica sistemática cuyo objetivo era el  perfeccionamiento de las ideas, a quien a sus discípulos decía “así es como yo veo las cosas, como yo creo que las cosas son”, por lo que para no vivir siempre en el error se deben de romper dogmas y doctrinas cotidianas, que no nos dejan crecer, ya que las vemos como  correctas.
Los físicos y el naturalismo
Tales de Mileto nos habla de que  todo está compuesto por agua,  elemento universal, quería  saber cómo estaban constituidas las cosas y como operaban, a lo que se le conocía como “physis” donde creía que las cosas hechas de agua.
Su discípulo Anaximandro de Mileto criticó la hipótesis de Tales de que fuera el agua y lo  llamo “apeiron” algo que se encontraba como un elemento no identificable,  su  discípulo,  Anaxímenes de Mileto propuso como physis el aire.
Jenófanes de Colofón mantenía que los dioses del Olimpo eran meras construcciones antropomórficas, que se comportaban igual que los seres humanos, hasta el punto de mentir, robar, asesinar y enzarzarse en amoríos. Según Jenófanes, si los animales tuvieran dioses, también los crearían a su propia imagen, inventando dioses leones, dioses gatos, dioses perros, etc. La crítica de Jenófanes constituye el comienzo del viejo enfrentamiento entre el naturalismo científico y la religión, que llegó a su culminación cuando Darwin propuso la teoría de la evolución.
Pitágoras fue una figura enigmática, a la vez un gran matemático y un líder religioso. Debe su mayor fama al Teorema de Pitágoras, aunque también formuló la primera ley matemática de la Física, al expresar las proporciones armónicas entre cuerdas vibrantes de diferentes longitudes.
En psicología, Pitágoras trazó una línea divisoria tajante entre el alma y el cuerpo. No sólo podía el alma existir sin el cuerpo, sino que, yendo más allá, los pitagóricos consideraban que el cuerpo era una prisión corruptora en la que el alma se hallaba atrapada. Una parte importante de la religión pitagórica estaba orientada hacia la purificación de la carne, para que el alma pudiera alcanzar más fácilmente la verdad.
Platón creía que el alma era una pura entidad de conocimiento arrojada a un cuerpo corruptor. Su teoría del conocimiento sostenía que la percepción sensorial, dependiendo, como lo hace, del cuerpo corrupto, es intrínsecamente poco digna de confianza. En su lugar, la razón del alma debe buscar el conocimiento abstracto de la matemática pura.
Alcmeón médico que practicó las primeras disecciones. También se interesó por la Filosofía y orientó su atención a la comprensión de la percepción. Disecó el ojo y siguió el rastro del nervio óptico hasta el cerebro, Alcmeón opinaba, acertadamente, que la sensación y el pensamiento se producen en el cerebro.
Alcmeón apunta directamente a la fundación de la Psicología, que no es sino el intento de responder a las cuestiones filosóficas sobre la razón utilizando métodos científicos tomados en préstamo de la Fisiología.
Filosofías del ser y devenir
Una importante polaridad intelectual del pensamiento occidental ha sido, y lo sigue siendo, la tensión entre las filosofías del ser y del devenir. Los defensores del ser mantienen que, más allá del flujo del mundo cambiante, hay verdades eternas y valores que existen con independencia de la Humanidad, verdades que debemos buscar y utilizar como guía de nuestras vidas. Estas verdades existen en el reino del Ser puro; llevan una existencia inmutable, inaccesibles a los cambios del mundo físico. Los paladines del devenir, por su lado, niegan que tales verdades, o el reino del ser puro, existan. Al contrario, lo único constante en el universo es el cambio: las cosas nunca son simplemente, sino que están siempre deviniendo otra cosa. Para estos pensadores, incluso los valores morales pueden cambiar a medida que el mundo cambia. En el período presocrático, los grandes portavoces de las filosofías del devenir y del ser fueron, respectivamente, Heráclito de Efeso  y Parménides de Elea
Heráclito Afirmaba que la phvsis era el fuego, cuya característica más evidente es el cambio. Esta idea le llevó a la conclusión de que incluso hay menos permanencia en el mundo de la que parece haber. Lo que semeja una piedra es, en realidad, una bola condensada de fuego en perpetuo cambio, una realidad no muy diferente del enjambre de partículas de los físicos modernos. Su aforismo más conocido era que nadie se bañaba en el mismo río dos veces. Esta afirmación resume adecuadamente su filosofía, según la cual nada en el universo es lo mismo dos veces. No obstante, Heráclito también creía que, si bien el cambio es lo único constante, obedece a leyes y no es caprichoso. Ia regulación del cambio consiste en una armonía universal y dinámica que mantiene las cosas en un equilibrio de fuerzas compensadas. Por ello, la verdad que le es dado alcanzar a la Filosofía y la Ciencia es una verdad acerca del cambio, más que un conocimiento sobre cosas estáticas.
Parménides distinguía tajantemente entre una Vía del Perecer (apariencias) y una Vía de la Verdad (realidad). Dado que para Parménides la Verdad era eterna e inmutable, concluyó que el cambio es una ilusión basada en la imperfección de nuestros sentidos. En la realidad no hay cambio. Esta realidad inmutable había de ser aprehendida por la razón y la lógica; y Parménides fue el primer filósofo que presentó sus razonamientos como deducciones lógicas a partir de premisas intuitivamente plausibles. Parménides es, pues, el fundador del racionalismo.
Darwin habla sobre la evolución mediante la mutación aleatoria y la selección natural, el devenir triunfó en la Ciencia.
Los contemporáneos a Sócrates (atomismo, los sofistas)
Los atomistas propusieron una idea que se ha mostrado inmensamente fructífera en física: que todos los objetos están compuestos por átomos infinitesimalmente pequeños. Para la Física, esto ha significado que la complejidad de las sustancias que nos rodean puede analizarse desglosándola en conjuntos de unas cuantas partículas que interactúan de formas matemáticamente precisas.  Los atomistas llevaron sus hipótesis al límite. Defendieron el materialismo, el determinismo y el reduccionismo.
Demócrito decía  que sólo los átomos y el vacío existen en realidad”. No hay Dios ni alma, sólo átomos materiales en el espacio vacío. Si sólo existen los átomos, entonces el libre albedrío ha de ser una ilusión. Demócrito escribió que “nada sabemos con precisión de la realidad, salvo en la medida en que ésta cambia conforme a las condiciones corporales y la constitución de aquellas cosas que inciden en el cuerpo Según Demócrito, todo objeto emite tipos especiales de átomos, llamados eidola, que son copias de los objetos. Cuando llegan a nuestros sentidos, percibimos el objeto indirectamente a través de su copia. Por ello, nuestros procesos de pensamiento se limitan a reunir o separar las imágenes-eidola en nuestro cerebro. Demócrito se percataba del inevitable defecto de esta teoría: no tenemos forma de saber si los eidola son copias precisas y rigurosas de los objetos reales que las emiten. Si no son precisas, nuestro conocimiento de los objetos es erróneo. Demócrito afirma que lo mejor para el hombre es que pase su vida de forma que alcance tanto placer y tan pocas molestias como pueda.
Leucipo decía que “Nada ocurre por casualidad; todo sucede como resultado de la razón y por necesidad. El alma y el libre albedrío son ilusiones que cabe reducir al funcionamiento mecánico de nuestros cuerpos físicos.
Los sofistas no mantuvieron una doctrina filosófica rígida. Fueron sobre todo maestros de retórica, que se ofrecían a enseñar a los jóvenes ambiciosos de Atenas a razonar bien en la curia y la asamblea. Su objetivo era, pues, el proceso de los razonamientos eficaces, no de los razonamientos verdaderos. Se les ha comparado, en este sentido, a los mo­dernos agentes publicitarios, cuya primera preocupación es vender un pro­ducto o un político, con independencia de su mérito.
Los sofistas propendían al materialismo como Demócrito, puesto que consideran que el placer y el dolor son las únicas normas de conducta. El placer y el dolor son experiencias sensoriales del individuo, de donde se sigue que, en el aspecto ético, cada persona es el único juez de lo que es correcto para ella.
Los sofistas reconocían que la ley era necesaria para la supervivencia de las comunidades humanas y aceptaban un relativismo cultural, según el cual cualquier persona que viva en una cultura tiene que vivir de acuerdo con las normas de dicha cultura, aunque no debería intentar imponer tales normas a las personas de otras culturas.
Protágoras el más importante de los sofistas: quien decía “El hombre es la medida de todas las cosas, tanto de las que son lo que son como de las que no son lo que no son”, el centro de interés pasó a ser el hombre y sus necesidades, más que el mundo físico o los dioses.
Platón y Aristóteles ¿Qué opinaban respecto al conocimiento, percepción sensorial, alma, imaginación, inteligencia y motivación?
Platón creía que la experiencia de los objetos concretos estimulaba la rememoración del conocimiento innato de las Formas adquirido entre las sucesivas reencarnaciones. Los objetos percibidos se asemejan a las Formas, si bien de manera imperfecta, y por ello constituyen un estímulo real para despertar nuestro conocimiento de éstas. En sus Diálogos intermedios, Platón negó cualquier papel válido a la percepción sensorial y descargó el peso total del aprendizaje sobre la dialéctica abstracta y filosófica. Finalmente, en sus últimos Diálogos y lecciones no publicadas retornó a su primitiva creencia en el valor potencial de la percepción sensorial. Al mismo tiempo, elaboró su noción de dialéctica, convirtiéndola en un instrumento para clasificar con precisión todas las cosas, instrumento que Aristóteles habría de perfeccionar, haciendo de él la base de toda su filosofía. Simultáneamente, la concepción platónica de las Formas se volvió cada vez más matemática y pitagórica.
Sócrates fue un maestro perplejo que se planteó el significado de términos generales, tales como Verdad, Belleza y Justicia. Su mejor discípulo fue Platón, quien proporcionó respuestas positivas a las provocativas preguntas que ni el propio Sócrates llegaba a contestar.
Los sofistas y Sócrates fueron contemporáneos y a la vez antagonistas. Sócrates, que concentró su atención en la ética, creía que los sofistas minarían toda la moralidad con sus enseñanzas relativistas. En oposición a ellos, intentó descubrir el significado general de Dios, la justicia y la Belleza.
Aristóteles se planteó con respecto al alma las mismas preguntas que respecto a cualquier otro órgano: ¿para qué sirve, cuál es su propósito? Creía que el alma tiene varias facultades, como la nutrición, el movimiento y la razón
Filosofías de la Felicidad
Epicuro para alcanzar el placer no era lo que nosotros solemos asociar al nombre de su escuela, el epicureísmo. Dio más importancia a la evitación del dolor que a la búsqueda activa del placer y aconsejó a sus seguidores que llevaran vidas sosegadas y alejadas de las refriegas del mundo externo. Sus advertencias dan en el blanco en una época volcada hacia la energía: depender de los placeres de la vida supone arriesgarse al dolor cuando éstos nos son retirados.
La filosofía de la felicidad más influyente fue el Neoplatonismo, cuyo portavoz principal fue Plotino definió el universo como una jerarquía, en cuyo vértice se sitúa un Dios supremo e incognoscible llamado El Uno. El Uno emana un Dios cognoscible, denominado Inteligencia, que gobierna el reino platónico de las Formas. De la Inteligencia emanan en serie más criaturas divinas, hasta llegar a los hombres, cuyas almas divinas están aprisionadas en cuerpos degradantes y materiales. El mundo físico es una copia imperfecta e impura del reino divino.
Filosofía cristiana
Los viejos dioses olímpicos ya no resultaban plausibles, y en las postrimerías del Imperio numerosas religiones originarias de Oriente captaron a conversos romanos. Estas religiones se centraban por lo general en torno a algún misterio religioso y se denominaron religiones mistéricas. Hubo varias con cierta fuerza. El mithraísmo, por ejemplo, basada en la muerte y resurrección de Mithra, era una religión compleja, que contaba al menos con un templo en un lugar tan apartado de su cuna, Persia, como el Londres de la época romana. Estuvo a punto de convertirse en la religión oficial de Roma. Sin embargo, la gran triunfadora en última instancia entre tales religiones mistéricas fue la que se basó en la muerte y resurrección de un oscuro maestro judío llamado Jesús. Recibió el nombre de Cristianismo y consiguió numerosos conversos, inclusive emperadores. Se convirtió en la religión estatal romana en el siglo lv d. de C.
Bibliografía
·         Leahey, T.H.(1993) Historia de la Psicología. Madrid. Prentice-Hall. Pp 60-90

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